«Lo que haces habla más fuerte que lo que dices»
En mi experiencia como responsable de equipos, bien en el plan de mejora y desarrollo profesional, (también llamado de evaluación del desempeño), bien en un contacto directo con uno de mis profesionales, me he encontrado muchas veces con la pregunta:
– Y tú… ¿Qué dices de mí arriba?
En ella, el colaborador está suponiendo que la imagen global que tiene en la organización depende única y directamente de lo que traslada su responsable directo
Contestar a esta pregunta no es sencillo, puede esconder cierta insatisfacción personal con la trayectoria y proyección, desconfianza hacia el responsable directo, en tanto que no “vende” bien el trabajo de su equipo o quizás es una pregunta que solo pretende sondear o buscar un feedback positivo.
Parece fácil contestarla cuando estás contento con el trabajo y actitud del colaborador; más difícil cuando no lo estás (el profesional tiene muy buenas cualidades pero no las aprovecha), y dificilísimo cuando no lo estás y además se te ofrece para una mejora profesional.
– Y tú… ¿Qué dices de mí arriba? Porque me gustaría asumir ….tal puesto, tal delegación…
En este caso puedes ser reactivo, “decirle lo que piensas” y cargarte definitivamente la confianza que te ofrece al hacerte la pregunta….o en una actitud de coach, coger un folio en blanco y un bolígrafo y devolverle la pregunta en este esquema que os propongo.
La pregunta abierta ¿Quién crees que habla de ti? Puede necesitar una primera ayuda si el colaborador está desconcertado. Una vez que se responde a la primera, se debe permitir que sea él el que vaya descubriendo donde deja su impronta, en qué informes, en cuáles reportes, en qué negociaciones / conversaciones internas… de manera que el “mapa mental” se rellene con sus respuestas y le permita estimar de 1 a 10 que opinión puede tener de él cada departamento de la empresa.
Es al terminar este cuadro cuando se va a poder establecer una buena conversación de mejora, cuando van a salir al tablero todas las actitudes a mejorar, facilitando un consenso muy constructivo.
Así, conversando sobre sus resultados y las diferentes interacciones con los departamentos de la empresa, llegaremos a conclusiones sobre su capacidad, profesionalidad, compromiso, implicación, capacidad de trabajo en equipo…y podremos establecer un proceso de mejora claro y definido en el que nos deberemos implicar con el colaborador.
Por supuesto, este cuadro se debe adaptar a cada organización, sus departamentos y procesos.
Espero que os ayude. Se admiten comentarios y mejoras !!
El problema que puedes encontrar es la falra de sinceridad, no solo para con los demás, sino para uno mismo. Hay gente que está convencida que todo lo hace bien, aunque los signos externos son otros. Que haces entonces con esta persona? Y ni que decir de los egoistas….
Muy interesante aunque complicado en algunos casos.
Tienes razón Aurkene. La pirámide de Maslow está invertida para algunos y el reconocimiento es su principal motivación, por lo que tocar los egos y conseguir cierta reflexión y humildad es difícil.
Sin embargo mi experiencia es positiva y cuando hay confianza mutua y profesionalidad se puede trabajar bien en la mejora.
Ya me dirás si te funciona.
Muchas gracias por comentar.
Hola Miguel:
Hola Miguel:
Gran cuadro y gran aportación!!!
Coincido con Aurkene, que puede haber casos que sean dificiles, cada persona es unica e irrepetible y algunas te pueden complicar la comunicación, pero siempre ayuda a la reflexión este tipo de herramientas.
Gracias Miguel por tus reflexiones. Un abrazo.