Hace unos meses, en una formación sobre creatividad en la Fundación neuronilla, conocí a un diplomático argentino, Eduardo Mario Berti, gran persona, muy inteligente y dotada de un finísimo sentido del humor. Gracias a él comprendí, de manera divertida, las semejanzas entre la política y la innovación y el cambio empresarial, y que tantas veces criticamos a nuestra clase política.
Todo sucedió con esta anécdota. En un momento de la sesión, nos relató esta respuesta estándar (en cuatro etapas) de una Cancillería frente a una crisis y que está tomada de:
«LYN, jONATHAN and JAY, anthony. «YES PRIME MINISTER The diaries of the Right Hon James Hacker, A victory for democracy, vol I, pag 177, Londres, BBC Books (1987)» y traducida libre y amablemente por Mario.
Etapa 1:
Decimos que nada va a suceder.
Etapa 2:
Decimos que puede ser que algo suceda, pero nada deberíamos hacer al respecto.
Etapa 3:
Decimos que tal vez deberíamos hacer algo al respecto, pero no hay nada que podamos hacer.
Etapa 4:
Decimos que tal vez había algo que podríamos haber hecho, pero ya es demasiado tarde.
Si bien, esta respuesta estándar es reflejo de un fino humor inglés; desde entonces, no dejo de preguntarme cuántas veces sucede esto en nuestras vidas y en nuestras organizaciones. Cuántas veces aplicamos en nuestra vida personal y profesional lo que criticamos de la clase política.
Se me ocurren varias situaciones:
Vida personal:
-Una separación, una pérdida de amistad, una oportunidad de mejora en el trabajo. Os pido el ejercicio individual de analizar las cuatro etapas, para ver si inconscientemente las habéis aplicado el el pasado.
Vida de una organización:
Oportunidad de mercado, aparición de posible competencia feroz, propuestas internas de innovación, gestión del cambio empresarial…Veamos un ejemplo:
Propuesta de innovación:
Ya os he hablado de las 10 plagas que frenan la innovación en las organizaciones, pero aquí vemos reflejado el proceso interno de las propuestas.
Un intraempendedor ve una necesidad de cambio / innovación en la política comercial, en diferentes procesos… porque de no afrontar ese cambio, la organización perderá imagen, clientes, mercado…
Etapa 1:
Negar la mayor. Alguien dice que eso no va a suceder, y se escuchan argumentos manidos «siempre se ha hecho así…», «nos ha ido bien con nuestro estilo…».
Etapa 2:
Algo cambia, hay datos que comienzan a dar la razón a los intraemprendedores y esto hace reflexionar a los directivos, pero efectúan un brainstorming urgente, encontrando nuevos argumentos para mantener su posición. «cultura de empresa…», «no es el momento», «seguridad informática…».
Etapa 3:
Se notan los primeros efectos. Se dice que tal vez se debería hacer algo al respecto, pero no hay nada que se pueda hacer ya. Aquí la realidad suele ser mejor que en la respuesta estándar, pero es difícil para muchas organizaciones reaccionar de forma rápida.
Etapa 4:
Tal vez la organización podría haber hecho algo, pero ya es demasiado tarde. Aquí se trata de minimizar daños, copiar lo más rápido posible y esperar a la próxima ola (siempre que se haya sobrevivido).
Y tú, ¿has vivido una situación parecida?
¿Qué situaciones personales o profesionales ves reflejadas en las 4 etapas?
Utiliza los comentarios para tus aportaciones y comparte si te ha gustado.
Ejemplos ortodoxos (con las cuatro fases muy marcadas) son las típicas pelis americanas de desastres (Tiburón, el coloso en llamas, Parque Jurásico….). Ya sabéis: El alcalde no cree en la amenaza de la que le hablan, se niega a cerrar la playa porque perjudicaría el turismo…
Bien traído Holmez!
El tiburón en el que nadie cree ha acabado con muchas empresas. El consuelo es que Tiburón muere, el incendio se apaga…
Salu2!