En “Haz que funcione”, David Allen se adentra en la parte de perspectiva de GTD con la metáfora de altitudes que van desde la “pista de despegue” que son las acciones, hasta los 15.000 metros del último piso, que es el Propósito, del que hablamos en el post anterior.
Independientemente de lo acertado o no de la metáfora, de si nos gusta más o menos, de si realmente son seis niveles, …etc.; Está claro que el segundo nivel más alto en GTD, los 12.000 metros de LA VISIÓN, supone un ejercicio importante para definir, visualizar y trabajar tus metas a largo plazo, las que superan los dos años.
La parte de control en GTD es un proceso objetivo de aplicación directa (aunque no sencilla) y cada hábito que incorporamos supone una mejora en nuestra sensación de control y por lo tanto en la efectividad. Por el contrario, la parte de perspectiva tiene muchos más matices. Hay personas que no profundizan y “pasan” de la perspectiva, o no hacen el esfuerzo por entender su potencial y otros que no sólo profundizan, sino como es mi caso, no entendemos GTD sin una perspectiva bien trabajada.
Normalmente el adentrarse “de verdad” en las altitudes de la perspectiva va acompañado de un proceso personal de cambio y mejora.
En ese camino de mejora tenemos que realizar un “feedforward” que tiene un potencial enorme y que es LA VISIÓN. Se trata de imaginarnos, vernos y sentirnos, dónde y cómo nos gustaría estar, vivir, trabajar en un plazo superior a los dos años. Este plazo nos desliga de los proyectos y objetivos que tengamos en marcha a plazos más cortos y relacionados con nuestra actividad o situación actual. Esto permite ir a la imaginación un poco más allá, entroncar con nuestros valores e imaginarnos un futuro mejor para nosotros.
Pero en esta época que nos está tocando vivir, esta necesidad de visionarnos a 3-5 años en el futuro, puede estar motivada por los retos, oportunidades o disrupciones en nuestro entorno laboral; bien por un cambio en el modelo de negocio o bien por la tan traída transformación digital.
Si me das a elegir, prefiero iniciar ese camino por iniciativa propia que por necesidad.
En estos 12.000 metros en que sitúa Allen la visión no estamos muy cómodos. Será por la presión, o por el miedo a volar…;-)
A 12.000 metros hay miedos ocultos, y como en un avión, puede haber turbulencias, pérdidas de presión… Aquí debes hacer por una vez caso a la explicación de las azafatas. Ya sabes que si vas acompañado por menores debes ponerte tu primero la mascarilla antes que ponérsela a ellos. Esto no es baladí, en un avión comercial, a 12.000m, tienes literalmente segundos para ponerte la máscara de oxígeno antes de perder el conocimiento y, quizás, morir. Por eso es tan importante lo de ponerte tu máscara de oxígeno primero y luego pensar en ayudar a los demás.
¿Qué me quieres decir?
Que tenemos que liderar nuestro futuro tanto a nivel personal como profesional. Cuidarnos la salud, hacer deporte y preocuparnos de adquirir las habilidades y conocimientos necesarios que esa visión nuestra del futuro necesita.
Que tenemos que hacerlo con coherencia y humildad. No podemos pretender que se transforme nuestra empresa sin hacerlo nosotros. No podemos aconsejar a nuestros compañeros, hijos, pareja sin admitir consejos. No podemos exigir determinados comportamientos, habilidades sin ser nosotros ejemplos de los mismos.
Así que ponte la mascarilla por favor 😉
Pdta. Sigo repasando GTD para Billage.es. Aquí puedes seguir la serie de post —> GTD Billage
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