Moisés y las 10 plagas que frenan la innovación
En el antiguo testamento y en la Torá se narra la historia conocida y tantas veces escuchada y llevada al cine de Moisés. Moisés acude diez veces al faraón para pedir la liberación de su pueblo, contestándole éste otras diez veces con negativas y soberbia.
De la misma manera, en muchas empresas no se practica la escucha de sus intraemprendedores con el mismo castigo; 10 plagas que dejarán a la empresa tan cerca de la bancarrota como se quedó el reino de Egipto. Vamos a tratar de detenerlas.
Por no transcribir las plagas, el elemento común en todas es el mismo; Moisés amenaza con una plaga si no dejan salir a su pueblo, el faraón se niega, los hechiceros del faraón logran el mismo efecto que es crear una plaga similar (pero no pueden terminar con ella). El faraón pide a Moisés que las elimine con falsas promesas. Una vez eliminadas, el faraón se niega a cumplir.
Muchas veces se trabaja, se inician procesos de cambio y mejora, se contratan consultores externos, se realizan convenciones… pero al final no se aplican las mejoras sugeridas ¿Por qué?
Los “hechiceros” de las organizaciones, que pueden ser personas o culturas, se encargan sibilinamente de mantener el “staus quo”.
I – Sangre → Falta de Compromiso
La sangre de las organizaciones es EL COMPROMISO y la primera plaga es no tenerlo, ni potenciarlo.
Según Ulrich y Brockbank la fórmula del compromiso es C = VOI2C2E, donde V es Visión, O significa Oportunidad (para crecer, posibilidades de desarrollo), I de Incentivos, I de Impacto (se vean los efectos del trabajo), C de Comunidad, C de Comunicación y E de Elección (opciones acerca de las condiciones de trabajo)
Los hechiceros de las organizaciones creen que el compromiso se obtiene sólo por la oportunidad de trabajar que ofrecen. Obtienen resultados cortoplacistas con sus políticas y superan la primera plaga.
II – Ranas → Obsesión por el Control
Como un croar de ranas infinito, se impone en muchas empresas el control y la burocracia. No se dejan espacios de libertad y confianza. Se generan formularios, métodos, procesos donde parece más importante el cumplimentarlos, el reporte en sí que los resultados obtenidos.
Los hechiceros del control también consiguen resultados aceptables por lo que no es fácil que la empresa salga de su embrujo y superan la segunda plaga.
III – Mosquitos → Respeto a la Jerarquía
En la empresa es necesaria cierta jerarquización, entendiéndola como afirma Xavier Marcet “Cómo estratificación de la responsabilidad, más que como cadena de poder”.
En muchos casos, las jerarquías desenfocan la misión de las empresas, llegando a olvidarse del centro de su actividad; el cliente. Generando luchas de poder que hacen imposible la gestión de la excepción, la adaptabilidad a ciertas exigencias del cliente que suponen una oportunidad de dar valor añadido y fidelizarlo, y que la inflexibilidad del hechicero de turno nos conduce a la pérdida del mismo.
Lo preocupante de esta plaga es que, en muchos casos, el faraón no llega a enterarse de lo que realmente sucede.
IV – Tábanos → Miedo
La adicción de ciertos hechiceros a tener razón, sumada a las dos plagas anteriores, el control y la jerarquía desembocan en el miedo.
El primer miedo, el más básico, es el miedo a cometer errores. Muchas empresas penalizan el error y como consecuencia se pierden todo lo que supone de aprendizaje tanto para el empleado como para la organización.
En ambientes de miedo, no existe comunicación bidireccional, no existe cuestionamiento de las normas, de ciertas políticas…. Los hechiceros consiguen una obediencia que frena el cambio y el desarrollo empresarial
V – Pestilencia → Seguridad
La seguridad es la mejor excusa para no introducir mejoras informáticas, mejoras en procesos, espacios de comunicación interna, presencia en redes sociales de la empresa y sus empleados…
Discutir con estos hechiceros es muy difícil. Su vocabulario técnico, sus argumentos del caos son razones que resultan poderosas a los oídos del faraón.
Sólo el tiempo y el avance de la competencia pueden hacer que cambien su criterio, algunas veces…demasiado tarde.
VI – Úlceras y sarpullido incurable → Sentido Común
Sí. El sentido común también puede ser una plaga. Sobre todo cuando los hechiceros lo utilizan para imponerse a los intraemprenderores que acuden con retos, con inteligencia crítica o desobediente, con pensamientos propios y novedosos.
Muchos hechiceros sólo usan su gran conocimiento y experiencia, para emitir juicios de “expertos”, apalancándose en sus conocimientos adquiridos y cerrándose a nuevas propuestas.
VII – Granizo de hielo y rocas → No gestionar el talento
El talento es el PIB (Producto Interior Bruto) de las organizaciones. No medirlo, gestionarlo, potenciarlo y remunerarlo es la mayor plaga.
Las diferentes edades, situación geográfica, situación departamental, experiencias laborales y personales de los colaboradores, son una riqueza que, pueden transformar a la empresa más tradicional en una empresa innovadora y de referencia.
La flexibilidad y la movilidad interna, puede formar grandes profesionales y generar ese plus de innovación que aportan las personas con diferentes inquietudes y experiencias.
5 Claves para la gestión del talento
VIII – Langostas → No potenciar el trabajo colaborativo
Estamos en el SXXI. La formación se ha democratizado, los cursos MOOC invaden las redes, las redes sociales internas se imponen en las empresas. ¿Por qué?
Estas herramientas permiten gestionar el conocimiento de una manera ágil y abierta. Las comunidades de aprendizaje y práctica, se imponen, y el trabajo se vuelve social y colaborativo como somos, en realidad, las personas.
Debemos apoyar este trabajo con procesos de coaching y mentoring. Apostar por tendencias nuevas como el mentoring inverso donde el joven también instruye al veterano en temas en lo que es ya un verdadero experto como redes sociales, aplicaciones, uso de dispositivos móviles…
IX – Oscuridad → No gestionar la marca
Estamos con unas tasas de desempleo altas y con exceso de oferta de trabajadores. Pero, primero, esperemos que esto cambie y segundo, esto no te garantiza que atraigas a los mejores.
La organización debe tener un atractivo, funcionar como un imán para atraer el talento y para ello tiene que percibirse en el mercado como una empresa motivante, donde te puedes desarrollar profesionalmente, con remuneración competitiva pero con motivaciones no ligadas al salario.
La presencia en redes sociales y en eventos de la empresa y sus colaboradores, desplegando su talento y proyectos son la mejor herramienta para luchar contra la plaga de la oscuridad.
X – Muerte de los primogénitos → Falta de resultados
No debemos olvidar que los primogénitos del faraón son los resultados. Sin ellos su reino se derrumba.
Las empresas deben “maximizar los beneficios” nos decían el primer día de clase en la facultad.
Pero la receta ha cambiado. Ya no vale con hacer una paella con los ingredientes y el orden habituales. Ahora tenemos franquicias de comida rápida y se hacen paellas en todo el mundo.
Debemos “deconstruir” la receta, buscar nuevos ingredientes (curiosidad, pasión, generosidad….); procedimientos novedosos (comunidades de práctica, mentoring…); nuevos utensilios de “cocina” (red social interna / externa…) y dar a nuestro cliente un plato por el que está dispuesto a pagar más y a disfrutarlo repetidamente a cambio de una experiencia única y memorable.
Al final Moisés separó las aguas del mar Rojo, recibió las Tablas con os 10 mandamientos…
Quizás todo tenga remedio 🙂
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Post relaconados:
muy buen articulo y muy de actualidad. para tomarlo en consideracion y ponerlo en practica. genial. me gusto.
Gracias Rigoberto. Me alegra que te guste y espero te sea útil. Un saludo.
¡¡Genial!! Absolutamente de acuerdo, creo que hay que aunar esfuerzos para llevar a cabo las medidas oportunas que nos lleven a una buena solución. Mejor explicado, imposible!!
Gracias por comentar Rocío! Muy de acuerdo en todo lo que sea aunar, sumar, multiplicar…